DESDE LA SALIDA DEL EXPRESIDENTE RAFAEL CORREA DEL PODER, EL CORREÍSMO COMO TENDENCIA POLÍTICA NO HA LOGRADO RECUPERAR EL PODER.
Según la Revolución Ciudadana, es el único grupo político que cuenta con una sólida base de votantes, el denominado ‘voto duro’, que permanecen fieles al proyecto político del correísmo. Sin embargo, los porcentajes de votación demuestran lo contrario.
La votación del correísmo, a lo largo del tiempo, ha sido la más alta de todos los partidos políticos. Pero si se la compara solamente con el total del padrón, sus cifras de respaldo disminuyen considerablemente.
El mejor resultado del correísmo fue en 2013, cuando el exmandatario se reeligió en una sola vuelta, con el 57,2% de votos válidos. Pero, con relación al padrón, esos mismos votos representan al 42,6% de los electores.
Las cifras de esa elección en números ordinarios reflejan otra realidad: 4,9 millones de personas votaron por Rafael Correa; 4,5 millones votaron por otros candidatos, por el nulo o blanco; y 2,2 millones de ciudadanos no votaron.
Sin embargo, desde que Correa dejó de ser el candidato de la tendencia, los respaldos comenzaron a bajar. Su primer heredero, Lenín Moreno, requirió de una segunda vuelta para llegar a Carondelet. Y los dos subsiguientes, Andrés Arauz y Luisa González, no lograron el objetivo y fueron derrotados en el balotaje, por Guillermo Lasso y Daniel Noboa, respectivamente. Pero, aunque ambos obtuvieron menos votos que Moreno en la primera vuelta, González sí logró obtener más respaldos que Arauz.
La Revolución Ciudadana no puede ocultar que el voto duro y los recuerdos de lo que denominan la “década ganada” ya no alcanzan para convencer al electorado. Y que, aunque representan a la principal fuerza política del país, esto no implica que tengan el respaldo de la mitad de la población. Y que la mayoría de los votantes, elección tras elección, demuestran que prefieren otras opciones de proyectos políticos o, incluso, ninguno de ellos.
Fuente: Primicias