LA CRIANZA DE TILAPIAS ES UNA DE LAS FUENTES DE TRABAJO EN EL RECINTO SAN JOSÉ DE LA TOLA
Con una atarraya, Vladimir Mora busca pescar la primera producción de tilapias después de 6 meses. Él se dedica a la crianza y venta de este animal desde hace un año. En su finca ubicada en el recinto San José de La Tola en San Jacinto del Búa, intenta ganarse la vida mediante esta dura labor, pues el trabajo en esta parroquia es escaso. Sin embargo, mencionó que apenas obtiene ganancias para sobrevivir junto a su familia. El balanceado incrementó su precio. Pasó de costar $16 el quintal a $25, situación que complica su producción, pues alimenta a sus peces 2 veces por día y en una semana se acaba el alimento.
Junto a su esposa Esperanza limpian las piscinas y se deshacen de los depredadores que atentan contra las tilapias. Ellos mencionan que las anguilas y las culebras son dos de las especies que más daños causan en la producción, al igual que las aves. Para evitarlo, han colocado mallas encima de las piscinas.
El año pasado durante las lluvias, la vertiente de donde obtienen el agua creció y se llevó gran parte de las piscinas. Por ello ahora buscan tener un plan de contingencia frente a la llegada del fenómeno de El Niño para prevenir emergencias. Ellos cuentan con tres piscinas con más de 2 mil tilapias. A la semana sacan 44 kilos para venderlas. Su valor ronda los $2,50.
Los piscicultores mencionan que aún falta apoyo de las autoridades para que esta actividad productiva crezca. Esto ayudaría a generar mayor estabilidad económica en los habitantes, y producir fuentes de empleo.