Nuvia Solòrzano trabajó 6 años junto a su familia en la empresa Furukawa. Durante ese tiempo, su vida fue dedicada al mantenimiento de campo. No tenían acceso a sus principales derechos como salud, educación y los más pequeños sin derecho a recreación. Ella junto a otras mujeres del mismo lugar, ahora son parte de estos talleres, con los que se busca que sean conscientes de sus derechos y exijan que se cumplan en el sitio en el que se encuentren.

Nalda Bustamante, representante de la Fundación Acción Social, explica que en total son 40 mujeres las que se benefician de estos talleres que se realizará en 6 ocasiones, esto gracias a un convenio con el Ministerio de Inclusión Económica y Social.

También participaron mujeres del cantón La Concordia, en donde el crecimiento de la violencia ha involucrado a infantes, algo contra lo que se busca luchar formando lideresas que puedan alzar la voz.

Este fue el segundo de 6 talleres que se busca desarrollar con este grupo de mujeres que provienen de situaciones vulnerables pero que ahora se sienten capaces de afrontar su realidad para romper el círculo de violencia y ayudar a otras a lograrlo.