febrero 24, 2025

ECUADOR ENFRENTA UNA CRISIS DE DESPERDICIO DE ALIMENTOS: BANCOS DE ALIMENTOS LIDERAN LA LUCHA CONTRA EL DESPERDICIO Y LA DESNUTRICIÓN

El desperdicio de alimentos se ha convertido en uno de los grandes desafíos ambientales, económicos y sociales a nivel mundial. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), aproximadamente un tercio de todos los alimentos producidos se pierden o desperdician a lo largo de la cadena de suministro. En Ecuador, la situación es alarmante: cada año se desechan cerca de un millón de toneladas métricas de alimentos, convirtiéndolo en el cuarto país con mayor desperdicio en la región.

Este problema no solo representa una pérdida económica significativa, sino que también tiene un impacto directo en el medio ambiente y en la sociedad ecuatoriana. La descomposición de los alimentos en rellenos sanitarios genera metano, un gas de efecto invernadero con un potencial de calentamiento superior al del dióxido de carbono. Además, la pérdida de alimentos implica el desperdicio de recursos naturales y energéticos utilizados en su producción, procesamiento y distribución.

Ante este panorama, los bancos de alimentos han tomado un rol crucial en la reducción del desperdicio de alimentos y en la lucha contra la desnutrición. Estas organizaciones recuperan productos en buen estado y los redistribuyen a personas en situación de vulnerabilidad, contribuyendo a la reducción de la desigualdad alimentaria y minimizando el impacto ambiental de los desechos orgánicos.

En Ecuador, el Banco de Alimentos Quito y Diakonía en Guayaquil han desarrollado redes de gestión y logística que benefician a más de 130.000 personas al mes a través de 338 instituciones sociales en ambas ciudades. Su modelo sostenible incluye estrictos procesos de seguridad sanitaria, clasificación, almacenamiento y distribución eficiente de los alimentos, garantizando su impacto positivo en la salud y nutrición de los beneficiarios.

Entre 2023 y 2024, estos bancos de alimentos han logrado rescatar más de 10.000 toneladas de alimentos hasta agosto, lo que ha contribuido a la reducción de aproximadamente 7.000 toneladas de CO2e. Este impacto ambiental equivale a haber sembrado medio millón de árboles y conservar su crecimiento en este período.

Los resultados obtenidos por los bancos de alimentos son fundamentales para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), contribuyendo directamente a metas globales como el Fin de la Pobreza (ODS 1), Hambre Cero (ODS 2), Producción y Consumo Responsable (ODS 12), Acción por el Clima (ODS 13) y Alianzas para lograr los objetivos (ODS 17).

Si bien los bancos de alimentos han logrado avances significativos en la reducción del desperdicio de alimentos y en el apoyo a poblaciones vulnerables, la necesidad de acción sigue siendo urgente. Empresas, consumidores y responsables de políticas públicas tienen un papel clave en la promoción de modelos sostenibles que fomenten la optimización de recursos.

Desde los hogares y las empresas, es posible contribuir reduciendo el desperdicio de alimentos, apoyando iniciativas de rescate alimentario y participando en actividades de voluntariado. Cada acción cuenta para generar un cambio positivo en la sociedad, el medio ambiente y la economía del país.

 

 

 

AUTOR: Andrés Sarzosa

Especialista de sostenibilidad de CERES

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