El desempleo y el subempleo se han convertido en preocupaciones persistentes en Ecuador, afectando a millones de ciudadanos y repercutiendo en la estabilidad económica del país. Alejandro Estupiñán es un ejemplo de esta realidad; busca ganar dinero de manera legal para poder subsistir.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos, aproximadamente el 24% de la población ocupada en Ecuador está subempleada, un dato alarmante que refleja la gravedad de la situación. Don Ignacio Macay, quien se desempeña como jornalero, solo logra conseguir de 2 a 3 días de trabajo a la semana.

Las consecuencias del desempleo y el subempleo son profundas, tanto para los individuos como para la economía en general. Fausto Ortiz, exministro de Economía, destaca cómo estos problemas afectan la calidad de vida de los ciudadanos.

En Santo Domingo, el monumento “Sueño de Bolívar” se ha convertido en un símbolo de la desesperanza y la búsqueda de oportunidades. Muchas personas de todas las edades y nacionalidades pasan horas e incluso días esperando en este lugar una oportunidad.

A nivel individual, la falta de empleo adecuado puede llevar a una menor calidad de vida, aumento de la pobreza y problemas de salud mental.