Miguel es un periodista radial con una larga trayectoria en Santo Domingo. Fue secuestrado cuando dejó su vehículo en el parqueadero de este patio de comidas y se dirigía a la radio a las 05:40 de la mañana. Los delincuentes no permitieron que bajara del auto, lo encañonaron y se lo llevaron con rumbo desconocido. Aún en sus brazos tiene moretones y sigue recuperándose de los golpes que recibió por parte de los antisociales para obligarle a dar las claves de sus tarjetas.

Al no llegar a la radio, se despertó la alerta de que algo había ocurrido e inició la búsqueda del periodista radial.

Son varios los comunicadores afectados por la delincuencia, en desarrollo de sus actividades y también en su tiempo libre, como le ocurrió a Jorge, periodista local, quien fue secuestrado hace 5 meses. Él cuenta que fue torturado, golpeado y amenazado para entregar sus pertenencias y dinero en efectivo para salvar su vida. Una de las peores experiencias vividas, señaló.

Miguel sí colocó una denuncia en Fiscalía sobre su caso pero no cree en la celeridad de la justicia. Jorge tampoco cree que sirva de mucho frente al ritmo al que avanzan las investigaciones en estos casos, así que prefirió no hacerlo.

Otros periodistas han perdido sus herramientas de trabajo en el desarrollo de coberturas. Así como también han sido víctimas de la delincuencia común. La policía Nacional estima que existe un promedio entre 5 y 6 secuestros diarios en Santo Domingo de los Tsáchilas, cifras que incluso incrementan durante los fines de semana, en que se pueden registrar hasta 12 plagios, solo en una noche.