Sus vidas cambiaron. Derick inició tratamientos y tuvo intervenciones quirúrgicas en el Hospital Baca Ortiz y recibió quimioterapia en SOLCA, en Quito. Todos los esfuerzos y gastos de sus padres parecían dar resultado. Derick volvía a jugar, a correr y a reír. Hasta el 17 de junio. 

Desde ahí está sumergido en un sueño profundo. Se alimenta a través de una sonda y usa pañales. Los médicos lo desahuciaron y lo enviaron a casa a esperar el peor momento de sus vidas. Mientras tanto sus padres se esfuerzan hasta el final por darle todo lo que necesita. 

Derick, con tan solo 4 años, tiene el corazón de sus padres colgando de un hilo. Ellos no pierden la fe, hasta el último esperan un milagro para su reycito, como le dicen de cariño. Si usted puede ayudar a la familia de Derick, puede hacerlo contactándose con su madre Sofía al número 099 937 5733. Hoy este angelito nos necesita.