En las afueras del Consejo de la Judicatura de Santo Domingo de los Tsáchilas, familiares de la agrupación “Madres Coraje” se reunieron para exigir justicia en la audiencia de formulación de cargos que se desarrolló en torno al caso de Cristina Balcázar. Una mujer embarazada de un bebé que llamarían Ezequiel, y que salió a un control médico cuando tenía 8 meses de gestación. Nunca regresó a casa y fue encontrada 11 días después sin vida en un lote en la vía a La Concordia. Este hecho ocurrió en noviembre de 2020. Desde entonces, han pasado cerca de 3 años.

El principal sospechoso es el padre del bebé que esperaba Cristina. El hombre no está detenido, a la audiencia solo asistieron sus abogados.

A este grito de justicia se sumaron otras madres que también perdieron a sus hijas por femicidio. Anabel Campos es la madre de Valeria Vargas. Una joven de 24 años que fue asesinada en octubre de 2019 en Guayaquil. Su pareja habría fingido un secuestro exprés al llegar de España para acabar con la vida de la madre de su hijo. Como autor intelectual del hecho constaba entre los más buscados y fue detenido en Alemania. Los familiares de Valeria piden ayuda a las autoridades para extraditarlo a Ecuador y que sea juzgado por su asesinato.

Por otro lado, la madre de Lisbeth Baquerizo, Katty Muñoz, comparte aún con mucho dolor todo lo que han tenido que pasar para que dos de los involucrados en el femicidio de su hija obtengan la pena máxima en fraude procesal. Lisbeth fue hallada sin vida en la casa de su esposo, en Guayaquil, quien indicó que habría sido una muerte accidental, pero finalmente los informes forenses revelaron que fue asesinada.

A todas estas familias que se suman a implorar justicia, les ha tocado realizar plantones, vigilias y marchas para obtenerla. Esperan que estos casos sirvan de precedentes para que la justicia responda de manera pronta y eficaz, pero sobre todo para que se activen protocolos y políticas públicas que eviten que más mujeres sean asesinadas.