Los administradores de varias panaderías en Santo Domingo explicaron que, debido al encarecimiento de los ingredientes y al impacto de las movilizaciones tras la eliminación del subsidio al diésel, se han visto obligados a realizar ajustes en la elaboración de los panes. Para cubrir los costos y evitar pérdidas, han optado por reducir las porciones, ofreciendo panes más pequeños.

El pan, alimento básico con profundo valor cultural y tradicional en la mesa de los ecuatorianos, no ha escapado a la crisis. Los panaderos aseguran que en los últimos días las ventas han caído notablemente, situación que atribuyen al contexto social actual: el alza del diésel, la inseguridad y la falta de liquidez en la ciudadanía.

Los clientes, por su parte, reconocen que el pan se ha reducido en tamaño, pero señalan que comprenden los cambios al conocer que la causa principal es el aumento en los precios de los insumos básicos como la harina, la levadura y el azúcar.

Esta situación preocupa aún más a las familias, ya que el pan es considerado un producto económico, nutritivo y fundamental en las mesas. El escenario se complica cuando otros productos de primera necesidad en los mercados también registran variaciones de precios debido al paro que afecta con fuerza a la sierra ecuatoriana.