junio 9, 2025

LA DISMINUCIÓN DE LAS ABEJAS PONE EN RIESGO LA SEGURIDAD ALIMENTARIA

La vida en la Tierra, tal como la conocemos, depende en gran medida de un pequeño pero vital insecto: la abeja. Sin embargo, en las últimas décadas, su población ha disminuido alarmantemente debido a una serie de factores como la pérdida de hábitat, el uso intensivo de pesticidas, el cambio climático, las enfermedades, las plagas y, más recientemente, la contaminación electromagnética. Rommel Carrera, apicultor en Colmenares La Perla, ha dedicado su vida a la crianza y protección de las abejas. Según afirma, estos insectos no solo son esenciales para la producción de miel, sino que desempeñan un rol fundamental en la polinización de cultivos y plantas silvestres, lo cual garantiza la producción de alimentos y el equilibrio de los ecosistemas.

Mónica Castro, activista ambiental, advierte sobre el impacto que la urbanización descontrolada está teniendo en la fauna polinizadora, ya que desplaza a insectos clave como las abejas, pese a que pueden cultivarse en espacios pequeños.

El ingeniero agropecuario Franklin Gualpa coincide en que la situación es crítica, sobre todo en los países industrializados, donde el modelo de producción intensiva ha mermado significativamente las poblaciones de abejas. 

Además de los ya conocidos factores que afectan a estos polinizadores, los expertos advierten que la contaminación electromagnética producto de la actividad humana también interfiere en sus ciclos reproductivos y su orientación, agravando su disminución.

Ante esta situación, hacen un llamado urgente a establecer políticas de conservación específicas. Coinciden en que la desaparición de las abejas tendría consecuencias catastróficas para la biodiversidad y la seguridad alimentaria global. Sin abejas, no hay polinización. Sin polinización, no hay alimentos. Y sin alimentos, no hay vida.

 

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