Las recientes deportaciones de migrantes desde los Estados Unidos han comenzado a generar expectativas y preocupación en Ecuador debido a las posibles consecuencias a corto y largo plazo. Kléber Carrión, experto en seguridad, advierte sobre los efectos en el ámbito laboral y el incremento de la inseguridad en el país. Señaló que sectores como el empleo se verán significativamente afectados. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), la tasa de desempleo a nivel nacional alcanzó el 2,7 % en diciembre de 2024. Carrión considera que esta cifra aumentará con la llegada de los migrantes deportados, lo que podría generar una crisis laboral en el país.

La comunidad ecuatoriana en Estados Unidos se estima en aproximadamente 500 mil personas. Édison Romo, también experto en el ámbito de la seguridad, subrayó que la inseguridad también podría incrementarse, ya que muchos de los deportados son personas que han infringido la ley y, al retornar a Ecuador, podrían ser captadas por bandas criminales, agravando la situación de violencia en el país.

Ambos analistas coinciden en que la respuesta del Estado ecuatoriano será crucial ante este desafío. Sin embargo, el panorama se muestra complejo, dado que los niveles de pobreza y pobreza extrema han aumentado. En diciembre de 2024, la pobreza por ingresos en Ecuador alcanzó el 28,0 %, según cifras del INEC, lo que podría dificultar la reinserción de los deportados en la economía formal.

Si bien aún no existe una cifra exacta de ecuatorianos que podrían ser devueltos desde EE.UU., se estima que más de 32 mil personas podrían enfrentar la deportación. Las autoridades ecuatorianas enfrentarán un desafío importante para mitigar los efectos sociales y económicos de estas deportaciones. La gestión gubernamental será clave para garantizar la estabilidad en un contexto de creciente incertidumbre.