Para estos vecinos, que están cansados de que esta situación se repita, la solución es construir un puente y dejar el libre flujo del afluente.

Esta fue la octava ocasión que el río se desbordó, superando los dos metros de altura. Afectó con más fuerza a las viviendas cercanas al río, en donde un día después de la inundación continuaban con las tareas de limpieza del lodo. Muchos tenían sus muebles afuera, esperando que con el sol de la tarde, se sequen y tratar de recuperarlos.

Consideran que esta situación ya no puede repetirse. En muchos casos, quienes arriendan analizan mudarse del sector mientras que quienes tienen casa propia, esperan por una solución que evite que se vuelvan a inundar.

Los constantes desbordamientos del río Pove han afectado la infraestructura de varias casas que están en riesgo de colapsar.

Algunos cerramientos están debilitados mientras que es evidente que en otros tramos se han deslizado. Así como en la parte superior de la Av. Abraham Calazacón, en donde la vereda también amenaza con colapsar por el debilitamiento de la tierra que se cae con la crecida del afluente.