La Comuna Flor del Valle, ubicada en la zona rural de Santo Domingo de los Tsáchilas, fue fuertemente golpeada por el invierno. Con la destrucción de la tarabita, los habitantes se quedaron sin el principal medio para movilizarse. Quienes tienen carro o moto, se trasladan por la vía Flor del Valle – Valle Hermoso que tiene un trayecto de unos 40 kilómetros. Por las condiciones de la carretera tardan unos 45 minutos hasta salir a Valle Hermoso, mientras que cuando usaban la tarabita tardaban un minuto en promedio y llegaban a la altura del INIAP. Patricia Enríquez, líder de la Escuela Eduardo Lugo, señaló que la institución resulta afectada con esta situación, pues una docente debe venir desde La Concordia y otra desde Santo Domingo. 

Carlos López, es docente y debe movilizarse hasta La Concordia. En promedio gasta diariamente $4 para ir hasta esa ciudad. Está considerando el hecho de rentar una casa en ese lugar porque le saldría más barato. Pero considera que la situación se tornaría más dificultosa para los padres de familia que tienen dos o más hijos en la secundaria y universidad. 

Daniela Morales también está analizando la posibilidad de vivir en Santo Domingo si la situación no mejora. Ella estudia Arquitectura y debería destinar $5 diarios para movilizarse. Señaló que cuando la tarabita dejó de funcionar, ingresaba el bus de la cooperativa 15 de Marzo, pero le prohibieron el acceso por no estar dentro de su jurisdicción. 

El turismo ha caído en esta zona. Adriana Arévalo señaló que cuando funcionaba la tarabita vendía unas 30 libras de pescado entre sábado y domingo, ahora no logra vender ni 5 libras. 

Silvia Lugo, habitante de la comuna, considera que mientras se reconstruye la tarabita o se hace un puente colgante, es urgente que las perfectas de Santo Domingo de los Tsáchilas y Pichincha, firmen un convenio para traer el cascajo rojo desde Pedro Vicente Maldonado y mejorar los accesos, teniendo en cuenta que estas vías son usadas tras el colapso del puente estatal de la vía Calacalí y soportan una fuerte carga vehicular.  

Esta zona no solamente es turística, algunas familias viven de la ganadería y otras de la cosecha de varios productos.