Nuevos vestigios del horror franquista. El trabajo de la sociedad Aranzadi ha servido para el hallazgo de 53 cuerpos de víctimas de la dictadura española en el cementerio de Orduña, en la provincia de Vizcaya.

Más de 200 prisioneros murieron entre febrero y junio de 1941 por hambre, frio y otras negligencias en la prisión situada en ese emplazamiento. Sus familiares conocen las duras condiciones en las que vivían. 

Naiara Garmendia, es bisnieta de una víctima. “Está documentado. Además, hubo denuncias de antiguos trabajadores de la cárcel que se quejaron a las instituciones. Obviamente, el régimen lo ocultó. La gente de la zona intentaba darles de comer a través de las rejas, porque se decía que eran cadáveres andantes.

El trabajo forma parte del programa del Gobierno vasco de búsqueda de desaparecidos durante la dictadura. Tras el hallazgo, hay que tratar de identificar los cuerpos.

“Tenemos 36 familias localizadas, con las que también podemos extraer ese ADN de esas familias y poder comparar y esperamos que al menos podamos identificar a algunas de ellas” detalla Aintzane Ezenarro, directora del Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos (Gogora).