La Casa Blanca confirmó este lunes que Estados Unidos ejecutó un segundo ataque contra los supervivientes de una operación realizada el pasado 2 de septiembre en el Caribe, donde inicialmente se interceptó una embarcación señalada por presuntas actividades de narcotráfico y con supuestos vínculos con Venezuela.

Según el Gobierno estadounidense, la acción consecutiva se enmarca dentro de sus protocolos de seguridad y operativos antidrogas, y aseguró que fue completamente legal. Sin embargo, la decisión ha generado creciente presión en el Congreso, donde legisladores demandan una explicación más detallada sobre la presunta orden de un “segundo golpe” y el rol que habría desempeñado el secretario de Defensa, Pete Hegseth.

Mientras continúan las solicitudes de transparencia, la administración insiste en que la operación respondió a amenazas operativas en el terreno y que se actuó conforme a las normas internacionales y a la política de seguridad nacional de EE.UU.