Vestidos con chalecos reflectivos y mucha paciencia, así se observa a los padres de familia de la Unidad Educativa Ciudad de Caracas, quienes cada día asumen la labor de controlar la seguridad en los exteriores del plantel. Jeiner Álava explicó que esta iniciativa nació de los propios padres y madres de familia. En las mañanas, las brigadas suelen contar con al menos tres adultos; en las tardes, hasta cinco. Años atrás solo bastaban dos, pero el aumento de la inseguridad ha obligado a reforzar el control.

Un padre de familia relató que, en ocasiones, acuden agentes de tránsito o de la Policía Nacional, pero no siempre. La ausencia de uniformados, especialmente quienes dirigen el tránsito vehicular, provoca que algunos conductores no respeten la zona escolar: circulan a alta velocidad o estacionan en lugares indebidos, lo que genera caos.

La zona es altamente transitada por cientos de estudiantes. Algunos espacios verdes están invadidos por maleza, lo que ha motivado a los representantes de los alumnos a solicitar mantenimiento constante por parte de las autoridades.

Quienes colaboran con la vigilancia en los exteriores del plantel también insisten en la necesidad urgente de contar nuevamente con guardias de seguridad. Llevan meses sin este servicio esencial para la comunidad educativa, lo que incrementa la preocupación entre los padres.