En la parroquia Alluriquín, algunas medicinas están escaseando por el cierre de la vía Alóag – Santo Domingo y debido a que los proveedores no pueden ingresar hasta el lugar. Esto ha provocado que las farmacias ya no trabajen las 24 horas del día como antes, explicó Óscar Gómez, médico cirujano del sitio.

Pero este no es el único problema, los habitantes denuncian que hace más de una década la planta de tratamiento no funciona. La solución que optaron en administraciones anteriores fue colocar una canalización directa hacia los ríos Damas y Toachi. Se estima que más de 2 mil habitantes realizan sus descargas en estos afluentes y los contaminan, según Gómez.

Afirman que desde hace 6 meses denunciaron esta situación ante el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición, pero hasta la fecha no han recibido una respuesta. A las piscinas de oxidación no se les ha dado mantenimiento y están llenas de desechos.

A este problema se suma que el comercio de la parroquia se mantiene suspendido tras el cierre de la vía Alóag- Santo Domingo. Algunos emprendedores han cerrado sus negocios, pues no han tenido el capital para cancelar los arriendos que rondan entre los $100 y $150 mensuales.