La convocatoria a la ciudadanía a una consulta popular o referendo está en la lista de pendientes del presidente Daniel Noboa. Lo mismo han hecho siete de sus predecesores desde 1978. La mayoría lograron resultados positivos. Solo Febrés Cordero, Durán Ballén (en la segunda ocasión) y Guillermo Lasso sufrieron reveses y fueron derrotados, lo que reflejó la baja aceptación que tenían. Analistas políticos como Ricardo Vera, señalan que desde entonces, la consulta popular se ha convertido en una herramienta política para medir la aceptación del primer mandatario.

Sin embargo, la ejecución de una consulta popular resulta costosa. Fabián Sotomayor, exdirector provincial del CNE en Santo Domingo de  los Tsáchilas, explica que para la ejecución de un referendo, se requiere de al menos 50 millones de dólares.

Además de considerarlo innecesario, debido a que este gobierno es considerado uno de transición, ambos expertos coinciden en que el ritmo al que se toman las decisiones, hará que los tiempos tampoco acompañen a encaminar esta consulta popular.