Las maniobras que deben realizar los conductores para no caer en estos baches de grandes proporciones, son a cada momento. Precisamente, pasando el puente sobre el Río Toachi en Santo Domingo, esta es la escena que se evidencia diariamente. Para evitar los orámenes, los conductores deben abrirse paso hacia los lados y continuar lo más despacio posible, pues los daños en los automotores resultan costosos. Sobre todo para los carros que circulan diariamente como los de servicio de transporte de pasajeros.

Esta situación también se ha visto reflejada en los tiempos de traslado. Una ruta debe dedicarle más tiempo a este recorrido precisamente por el estado de la vía. Esta molestia no es nueva, sino es un problema que ha venido agravándose por la falta de intervención del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, entidad que tiene la competencia en esta carretera.

Esta vía incluso fue declarada en emergencia pero no sirvió de nada, pues nunca se realizó un trabajo integral como se había ofrecido.